Un mercado que marca pauta

Aunque pueda parecer un estereotipo, lo cierto es que en el Norte de Europa en general hay una cultura más madura que en el Sur en cuanto al consumo de platos precocinados. Esto es normal… puesto que allí los jóvenes se emancipan antes, las mujeres se incorporaron al mercado laboral antes y la cultura de la cocina no está tan arraigada como en el sur. Pero llevar más tiempo no significa hacer las cosas mejor, sólo significa que llevan más tiempo intentando dar solución a un problema que se les planteó antes.

Así, nos encontramos con unos lineales repletos de platos preparados, bastante elaborados, en formatos monoración o ración para dos personas, listos para consumir en pocos minutos, y con toda la calidad y garantías.

Si en España tenemos 10 referencias de platos precocinados, allí tienen 20. También tienen más hábito de termosellar en bandeja los alimentos, no sólo para conservarlos, sino también para presentarlos mejor, para mantener la garantía de precinto y para facilitar el embalaje y transporte.

Una tendencia muy extendida es la de envasar las frutas ya peladas y cortadas, y presentarlas listas para consumir en el momento.

Gracias a la atmósfera protectora el producto se mantiene el tiempo suficiente para asegurar que estén frescas y apetecibles, y en un país como Reino Unido, donde la fruta escasea fuera de temporada, estos aperitivos son una elección ideal: ligeros, rápidos y sanos.
Otra tendencia que hemos observado es el uso de aluminio termosellable en multitud de platos, diseñado para ser cocinados en el horno de casa

No todas estas tendencias se convertirán en realidad aquí, y en el Sur también desarrollamos el mercado a nuestra manera, pero mantener un ojo puesto en lo que está moviéndose ahí fuera ayuda a ser quien lleva la iniciativa en el mercado interior.

Fuente: Ilpra

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